Paciente oncológica pide ayuda para alimentarse: “El desayuno es nuestra única comida del día”

Paciente oncológica pide ayuda para alimentarse: “El desayuno es nuestra única comida del día”

FacebookTwitteremailPrint La mujer, de 45 años, cocinaba para ganarse la vida en Federación. Sin insumos para tratar su enfermedad allí, debió mudarse a Paraná donde no tiene como solventar sus necesidades básicas. El pedido desesperado de su hija.   Marina Galeano es una paciente oncológica de Federación que, a causa de su enfermedad y la falta de […]

La mujer, de 45 años, cocinaba para ganarse la vida en Federación. Sin insumos para tratar su enfermedad allí, debió mudarse a Paraná donde no tiene como solventar sus necesidades básicas. El pedido desesperado de su hija.

 
Marina Galeano es una paciente oncológica de Federación que, a causa de su enfermedad y la falta de recursos del hospital de su ciudad, debió trasladarse a Paraná para poder llevar adelante el tratamiento. Sin embargo, a una situación de por si delicada, se le suma el drama de no tener para comer.
 
Hasta hace poco, junto a Daiana -la mayor de sus 5 hijos- Marina se ganaba la vida y mantenía a su familia cocinando y haciendo repartos a domicilio, sin embargo, en el mes de febrero, la detección de un cáncer en el cuello del útero hizo que la mujer, de 45 años, tuviera que cambiar su vida radicalmente.
 
“Estamos muy agradecidas al IOSPER, al sanatorio donde mi mamá se atiende, a toda la gente que nos tiende una mano, me da vergüenza pedir este tipo de ayuda”, se sinceró Daiana y explica que si bien la obra social de la provincia cubre todo el tratamiento y la estadía en la ciudad, la única comida con la que cuenta su madre es el desayuno. “Mi mamá no puede comer una sola vez al día, ella tiene que alimentarse y estar fuerte porque se tiene que curar, yo estoy desesperada”. El hotel en el que se hospedan no tiene cocina así que desde que llegaron a Paraná, a mediados de abril, se arreglan con un desayuno y con la ayuda de algunos vecinos.
 
La mujer, de 31 años, contó que espera alguna ayuda de su ciudad, pero hasta ahora no ha llegado. “Es increíble que una ciudad turística, a la que entran millones y millones de pesos con las termas, no tenga un hospital equipado como corresponde para que los enfermos puedan tratarse en su ciudad y no pasar la necesidad que estamos pasando nosotras ahora, a 300 kilómetros, solas, sin medios para ganarnos la vida como siempre hicimos”, por eso pide ayuda y, a pesar de no saber qué van a comer esta noche, se muestra esperanzada y confiada en que la ayuda, va a llegar.
 
“Nos hemos cruzado con mucha gente buena, que nos ayudan y nos dan amor y contención; por ejemplo vecina del hotel en el que estamos, sin conocernos, nos ofreció la cocina para que yo pueda cocinar y alimentarnos estos días, no puedo estar más agradecida”.
 
 
 

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