Día Mundial de los Museos: el momento de repensar el futuro del arte y de la historia

Día Mundial de los Museos: el momento de repensar el futuro del arte y de la historia

Andrés Duprat, María José Herrera, Américo Castilla, Viviana Usubiaga y Marisa Baldasarre dialogaron sobre los desafíos de los espacios privados y públicos una vez finalizada la pandemia de Covid-19

Cada 18 de mayo, la celebración por el Día Mundial de los Museos congrega a cientos de miles de personas en los diferentes espacios que preparan actividades especiales. En esta edición, en medio de un cierre total debido a la pandemia de coronavirus, se espera no sólo con múltiples actividades online sino también con la obligación de repensar el rol de estas instituciones.

La parálisis actual generada por las restricciones para atenuar el avance del coronavirus han sembrado de incertidumbre la tradicional celebración de los museos y han instalado un escenario de replanteos que van desde poner en marcha una programación alternativa con base en la virtualidad hasta repensar las condiciones de exhibición a largo plazo.

El director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat; el presidente y fundador de la Fundación TyPA, Américo Castilla; la docente, la curadora María José Herrera; las historiadoras Viviana Usubiaga y Marisa Baldasarre, directora de Gestión Patrimonial y directora de Museos, respectivamente, analizaron algunos de los temas más actuales en relación a los museos, el vínculo con la tecnología, su destino postpandemia y las formas de readaptarse en la actualidad,

“La pandemia ha hecho que los museos cierren al público. A partir de allí estas instituciones han redoblado esfuerzos a través de las redes para acceder a colecciones y múltiples formas de participación a distancia. Pero ninguna de estas herramientas sustituye la visita física a un museo y todo lo que ello implica, como recorrer un edificio, perderse en sus galerías, en sus laberintos, demorarse frente a algunas obras, y sorprenderse con nuevos hallazgos”, destaca el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat.

En ese sentido, la docente y curadora María José Herrera sostiene que “si algo que tiene el museo como institución es la posibilidad de tener contacto directo con los objetos. Esa posibilidad para la educación es fundamental, al igual que la contemplación y el deleite del público. Esto no reemplaza a cualquier otro tipo de instrumento virtual que pueda utilizarse para complementar esa experiencia”.

Ante la posibilidad de que la pandemia haya acelerado un proceso de transformación que ya estaba en marcha -el pasaje de una era industrial a una digital-, el presidente y fundador de la Fundación TyPA, Américo Castilla, considera que “la era digital por sí no represente un cambio de paradigma para los museos. Durante la pandemia presenciamos el caos del intento de reemplazar la enseñanza presencial escolar por medios digitales”.

Por otro lado, Herrera dice que “la transformación de los museos tiene que ver en cómo comunican sus contenidos y ofrecen una mayor accesibilidad, y este es el punto de la actualidad. No hay un público sino diversos públicos con diversas necesidades, con diversas competencias de lectura, que pueden leer los objetos en exposición de determinada manera. El desafío de todo museo es tratar de llegar de distintas maneras a la mayor cantidad de público posible”.

“Así era antes de la pandemia, ahora y también para futuro. Esa es la transformación, el ser más abierto en términos de compartir los conocimientos y ofrecer espacios de sociabilidad en los cuales uno se sienta cómodo, confortable y no intimidado”, analiza la investigadora y docente de la carrera de Gestión Cultural de la Untref.

“Entre la materialidad y la virtualidad, entre el objeto y lo digital “la presencia física sin duda es una gran ventaja, no solo por el ‘aura’ -si es que la hay- de las obras de arte sino también por la experiencia colectiva que genera. Muchos museos se han esforzado por mostrar sus colecciones on-line. No está mal pero no la reemplazan -afirma Castilla-. Las exposiciones cuando están bien realizadas presentan una serie de enigmas a dilucidar donde las piezas o los artefactos son sus atractivos componentes. Esa narrativa, como en la literatura o las artes escénicas, invita a la participación del visitante”.

Herrera coincide en este punto al afirmar que “nada reemplaza a la presencia” porque “la forma en que uno recorre la puesta en escena que preparó el curador, los contenidos que están en textos en la paredes, todo tiene una forma virtual de ser expresada, pero absolutamente nada, reemplaza a la persona física frente a esos objetos”.

En ese mismo sentido, Duprat dice que “lo virtual nunca sustituirá a la experiencia vivencial. Ni en relación con los museos, ni en el turismo y menos aún en las relaciones humanas. Paradójicamente, lo virtual funciona como promotor o promesa del encuentro real. Estamos bombardeados de imágenes reproducidas al infinito. Pienso por ejemplo en La Gioconda, sin embargo, esa proliferación desmesurada no hizo sino generar mayor interés en observar de primera mano el original”.

“Esta pandemia no es la primera y no será la última. Gradualmente la situación se irá normalizando y los museos volverán a funcionar, seguramente con nuevas prácticas, cuidados y protocolos. Ocupando el lugar de relevancia que tiene en la sociedad contemporánea en tanto espacio de conocimiento, intercambio, estudio, esparcimiento e ícono identitario, arquitectónico y urbano”, subraya el director del Bellas Artes.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM), creado en 1946, instituyó en 1977 que se celebre cada 18 de mayo el Día Internacional de los Museos como jornada mundial para “concientizar sobre la importancia de los museos para el intercambio y el enriquecimiento cultural”.

A partir de la noción de museo y el rol social de estos espacios, Castilla explica que “si bien existe una gama de museos que va de los pequeños regionales a las franquicias internacionales (el Guggenheim, el Louvre), predomina en el imaginario el paradigma opulento, el de los negocios y la rentabilidad financiera: arquitectura impactante que emulan a los shoppings, que tientan al consumo, con exposiciones convocantes asociadas al consumo masivo y al éxito de la vidriera internacional”,

“Esto quedó demostrado en la votación del 70,4% de los museos miembros de ICOM que se negaron a considerar una definición de museo de mayor amplitud social manteniendo en su redacción la palabra ‘desarrollo’, que ha servido como excusa para las formas más sofisticadas de inequidad. Si se le diera la palabra al 30% restante en el marco de una nueva reunión del comité -concluye- surgirían nuevos modelos de museos”.

Por su parte, Viviana Usubiaga y Marisa Baldasarre, directora de Gestión Patrimonial y directora de Museos, respectivamente, también sostuvieron la importancia de repensar el rol de estas instituciones, desde “apostar a la experimentación de sus contenidos virtuales” hasta la urgencia de “discutir cuál será su función en un proceso de reconstrucción inminente”

“Los distintos museos están participando del evento digital #MuseumWeek y aparte de los canales en los que las instituciones nacionales vienen trabajando fuertemente para expandir la llegada a más y diversos públicos, hemos creado las redes de nuestras Direcciones para potenciar la difusión de los museos y el patrimonio común, en @museosypatrimonionacion”, contó Baldasarre.

– El lema de este año para la celebración del Día Internacional de los Museos es “Museos por la igualdad: diversidad e inclusión”. ¿Cómo pueden los museos asegurar la pluralidad y la inclusión de sus actividades digitales?

– Viviana Usubiaga: Sin desatender a lo que resta por hacer en materia de inclusión digital de la población, en este momento extraordinario es fundamental la reconfiguración creativa de los contenidos virtuales, apostar a la experimentación con sus formas perceptivas y a la diversificación de audiencias en la búsqueda de una mayor circulación, expansión del acceso y redistribución de saberes sobre el patrimonio común.

– Marisa Baldasarre: Los contenidos en la red se han reproducido en forma inédita en estos días y son un campo de exploración inmenso. Son un recurso para acompañarnos en estos días enrarecidos, pueden paliar la imposibilidad de acceder al contacto cuerpo a cuerpo con el patrimonio, pueden despertar la curiosidad por alguna obra de arte, objeto histórico o sitio, incluso pueden alentar a visitar por primera vez un museo que no se conoce el día que las puertas se reabran y nos asumamos diferentes.

– ¿Cuál es el rol del arte, la cultura y los museos hoy en Argentina?

– MB: Apropiarse del arte, revisitar imágenes artísticas o históricas y apelar a la cultura como sanadora en estos tiempos de pandemia es recurrente. De todos modos, hay algo del enfrentamiento físico, directo, con un objeto que es intransferible a su presencia virtual. El desafío es hoy tratar de sostener y convocar a las audiencias, buscando no replicar sino reconfigurar ese sentido, asumiendo que el contacto directo es irremplazable.

– VU: Los museos están presentes en este contexto en diversas formas, incluso se han readaptado y hasta reconvertido en una fábrica de implementos de insumos sanitarios como en el caso actual del Museo Malvinas. A su vez es un tiempo de oportunidad para repensar las colecciones, los guiones y las estrategias de qué exhibir cuando sea posible volver a encontrarnos en sus salas. La necesidad de generar nuevos modos de interpelar y representar a las comunidades es un proceso que los museos locales vienen llevando adelante hace tiempo.

– ¿Cómo vislumbran el futuro de los museos?

– MB: Los museos cada vez se piensan más como generadores de diálogos con y entre sus distintos públicos. Hace tiempo que se viene hablando de los “museos en crisis” y la necesidad de redefinir su función comunitaria. Sin embargo, así como la sociedad toda, no quedará indemne de la pandemia, tampoco lo serán los museos: es el momento de discutir cuál es su función como agentes activos en un proceso de reconstrucción que se vislumbra como inminente.

– VU: Es evidente que habrá que calibrar los contactos y las distancias en todo espacio público de aquí en más para cuidarnos. Esta pausa en la presencia cuerpo a cuerpo de las personas sirve a su vez para pensar los modos frenéticos de producción y consumo también culturales. Los museos y el arte tendrán mucho que aportar para redimensionar los comportamientos de los cuerpos emergentes de la pandemia. En temas vinculado a lo sensible, sin duda, los museos tienen mucho que aportar.

– ¿Cuándo estiman qué podrían volver a abrir sus puertas los museos y en qué condiciones?

– MB: No podemos hablar de fechas todavía, dependemos de las decisiones de los responsables en materia sanitaria. Es claro que se deberán implementar medidas de bioseguridad. El caudal de visitantes deberá dosificarse pero lo pensamos también como un momento para pensar desde una lógica cultural redistributiva. Deberemos diseñar nuevos circuitos y mecanismos que sean a la vez seguros y que permitan también re-configurar al museo como un lugar de encuentro, con las obras y entre los seres humanos.

– VU: La solidaridad entre los museos nacionales es un punto fundamental en este sentido para intentar revertir las polarizaciones de afluencia de personas en ciertos museos y apuntalar la oferta e invitación hacia otros que tienen todo un potencial para desarrollar.

Entre la gran variedad de propuestas virtuales se destaca la Manzana de las Luces, que invita a compartir en sus redes una foto, un recuerdo, un video, un testimonio de haber estado allí, mientras que el MACBA invita a una visita virtual 360º por todo el edificio, en la plataforma Google Arts & Culture, además de entrevistas en vivo en su canal de Yotube.

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