Salud recordó las medidas preventivas para que niños, niñas y adolescentes puedan disfrutar del verano de forma segura

Salud recordó las medidas preventivas para que niños, niñas y adolescentes puedan disfrutar del verano de forma segura

FacebookTwitteremailPrintEl Ministerio de Salud recuerda los cuidados ante la exposición al sol y las principales medidas de prevención que van desde enfermedades diarreicas y golpes de calor hasta lesiones no intencionales Durante el verano, es frecuente que niños, niñas y adolescentes participen de actividades recreativas al aire libre, viajes, paseos y juegos en el agua. […]

El Ministerio de Salud recuerda los cuidados ante la exposición al sol y las principales medidas de prevención que van desde enfermedades diarreicas y golpes de calor hasta lesiones no intencionales
Durante el verano, es frecuente que niños, niñas y adolescentes participen de actividades recreativas al aire libre, viajes, paseos y juegos en el agua. Por lo tanto, desde el área Infancia dependiente de la Dirección de Salud Materno Infanto Juvenil, recordaron que es importante observar los posibles riesgos asociados a estas actividades para tomar los recaudos necesarios y prevenir lesiones.

Cuando hay altas temperaturas y mucha humedad puede tornarse un gran riesgo para la salud (especialmente para los niños) Así, entre las recomendaciones generales para la época y para prevención del golpe de calor encontramos: Permanecer en lugares frescos y bien ventilados; usar ropa de algodón; ofrecer líquidos constantemente sin esperar que los chicos lo pidan (agua segura o jugos naturales; NO bebidas azucaradas y con cafeína como bebidas cola) y, en el caso de lactantes, ofrecer el pecho de manera más frecuente.

Los síntomas del agotamiento por calor (paso previo al golpe de calor) son: cansancio o debilidad; sudoración excesiva; sensación de calor sofocante y sed; fiebre; calambres musculares; inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños); mareos o desmayos. Si el niño presenta estos síntomas se lo debe trasladar a un lugar fresco y ventilado; ofrecerle agua fría (con media cucharita de sal por litro), ducharlo con agua fresca, no administrar antifebriles y consultar a un profesional de la salud.

En relación a la exposición solar se debe evitar el horario de 10 a 16 horas, como también los juegos intensos que hagan transpirar en exceso; usar sombreros o gorras con visera, mojar la cabeza y partes del cuerpo de manera frecuente y usar siempre protector solar (factor 15 o mayor) en zonas expuestas, aún en días nublados. Asimismo, recordar renovar la aplicación cada 2 horas, o bien después de meterse al agua o de haber transpirado. También hay que tener presente que los menores de 1 año no deben exponerse al sol en forma directa y que a partir de los 6 meses se pueden usar protectores solares para situaciones en las que estén expuestos ocasionalmente. En caso de que se produzca quemadura solar se recomienda utilizar compresas frías, administrar líquidos y consultar al sistema de salud.

En verano aumenta la frecuencia de cuadros diarreicos que se manifiestan por deposiciones blandas y frecuentes, dolor abdominal, vómitos y fiebre. Por su parte el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad causada por una bacteria, que afecta principalmente a los niños menores de 5 años y se manifiesta con diarrea con sangre, disminución de la cantidad de orina, palidez, irritabilidad y posibles convulsiones; puede ser grave y dañar los riñones.

Las enfermedades diarreicas, se transmiten generalmente por consumo de agua o alimentos contaminados (falta de higiene en las manos al manipular alimentos, verduras crudas, carnes sin cocción completa, productos lácteos sin pasteurizar, consumo de agua no segura o ingesta de agua de la pileta o río). Por esto son importantes las medidas de prevención: consumir sólo agua segura; lavado de manos para preparar alimentos, asegurarse que los alimentos mantengan la cadena de frío; lavar las frutas y verduras con agua segura y consumir la carne bien cocida. Si no se posee servicio de agua potable se deben colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua y dejar reposar 30 minutos; o bien hervir el agua durante tres minutos y esperar a que se enfríe para consumirla.

Si un chico tiene diarrea se le deben ofrecer líquidos abundantes (de a poco, muchas veces) para prevenir la deshidratación. En caso de los bebés y niños pequeños, no se debe interrumpir la lactancia. Si presentan deposiciones frecuentes, vómitos frecuentes, diarrea con sangre, decaimiento marcado o eliminan poco pis se debe consultar a un establecimiento sanitario lo antes posible.

Es de gran importancia considerar las medidas de prevención de lesiones evitables. En esta época aumentan los viajes y el traslado de los niños debe ser seguro. Todos los pasajeros del automóvil (no importa dónde estén sentados) deben usar cinturón de seguridad; la persona que maneja nunca debe tomar alcohol ni manipular el teléfono celular y los chicos menores de 12 años deben viajar atrás y en la silla correspondiente de acuerdo a su edad. Asimismo, nunca se debe dejar a un niño solo dentro de un vehículo, ni siquiera por unos instantes. En caso de andar en bici, moto o cuatriciclo es fundamental el uso del casco. No se debe circular por la playa en vehículos motorizados ni permitir que los chicos los conduzcan.

A su vez, en esta época son frecuentes las actividades en patios y jardines por lo que se recomienda no dejar baldes, palanganas y/o piletitas con agua en el patio; secar el suelo después de baldear o de una lluvia a fin de evitar caídas; tapar correctamente los pozos y desagües y reparar las baldosas levantadas o rotas. No colocar plantas con espinas, tóxicas o con frutos pequeños que puedan ingerirse; tampoco dejar herramientas, venenos, plaguicidas o fertilizantes al alcance de los niños. Por su parte, las sogas para colgar la ropa deben estar altas (aproximadamente a 2 metros) y los tendederos se deben ubicar contra la pared. Cuando se utiliza la parrilla vigilar que los niños no jueguen cerca y al terminar no dejar brasas encendidas. No usar ningún líquido combustible (tales como nafta, kerosén o alcohol) para encender o avivar el fuego.

Finalmente, hay que tener presente que en nuestro país el ahogamiento es la segunda causa de muerte por accidentes en la franja de 1 a 15 años (detrás de los accidentes viales), por eso se recomienda enseñarles a nadar y respetar las señales de peligro. Además, siempre debe haber un adulto que sepa nadar controlando a los niños, con visión directa y permanente; y se debe evitar que jueguen en aguas no autorizadas o desconocidas.

Tener presente que los más pequeños pueden ahogarse en poca agua y en pocos minutos. Por eso las piletas familiares tienen que tener cercos de al menos 1 metro, con barrotes verticales que no permitan el paso de la cabeza de un chico, y puerta de acceso que no pueda ser abierta por los niños. También se deben proteger las bocas de las bombas de succión en las piscinas. En caso de visitar balnearios o playas, es fundamental que los niños a bordo de cualquier tipo de embarcación, o para entrar en aguas no transparentes, tengan puesto chaleco salvavidas. A la hora de elegir el destino se debe optar por balnearios con condiciones mínimas de seguridad: boyado visible, guardavidas profesionales (entrenados en RCP y en número adecuado según bañistas), y con el apoyo logístico de rescate adecuado.

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