Deporte y exigencia ¿Quién corre más: un tenista en cinco sets o el “5” de la Selección?

Deporte y exigencia ¿Quién corre más: un tenista en cinco sets o el “5” de la Selección?

Distintos estudios establecieron una distancia media que recorre cada deportista. Qué pasa en las diferentes disciplinas.

Correr. Una actividad buena, bonita y barata. Cualquier persona puede hacerla en tanto cumpla con los mínimos requisitos. Aunque no es excluyente del propio running, claro: para una gran mayoría de los deportes, es necesario correr. ¿Y cuáles son las disciplinas que más recorrido demandan? ¿Hay una gran diferencia entre la distancia que cubre, por ejemplo, un tenista respecto de un jugador de fútbol?

Con medidas requeridas por la FIFA que podemos establecer entre los 105 por 70 metros (metro más, metro menos), es esperable que el deporte más popular del mundo sea uno de los que más exigencia de piernas demanda.

Si bien la intensidad del partido, la zona en que se esté desarrollando el juego y la posición de cada jugador influye, un promedio bastante estándar ronda los 10 kilómetros recorridos cada 90 minutos por parte de los jugadores profesionales.

Por supuesto, la multiplicidad de factores enumerados previamente provoca que haya matices. Así, por ejemplo, este año el récord de kilometraje en la Premier League inglesa -la que probablemente sea la liga más dinámica del mundo- lo marcó Leander Dendoncker.

De acuerdo a un informe elaborado por Sky Sports, el mediocampista del Wolverhampton corrió 13,21 kilómetros en el partido del 7 de marzo ante Brighton & Hove Albion.

¿El talento que tenga o no el equipo se relaciona directamente con el sacrificio físico que demanda a sus jugadores? ¿Condiciona el esfuerzo la posición en la tabla? A juzgar por el análisis de Sky, podría decirse que sí: Brighton, Norwich Bournemouth, tres de los equipos que pelearon el descenso, fueron los que más kilómetros recorrieron en el campeonato.

Siguiendo con el fútbol, esos 13 kilómetros de Dendoncker exceden la norma. Según StatSports, cuando Liverpool ganó la Champions League 2018/19 Sadio Mané corrió un promedio de 10,45 km. por encuentro.

¿Y el mejor futbolista del mundo? Está claro que Lionel Messi no necesita correr como el resto. Durante el Mundial de Rusia 2018, las cifras oficiales arrojaron que transitó 7,90 kilómetros de promedio. En la goleada 2-8 que sufrió con Barcelona ante Bayern Munich en la última Champions, su GPS marcó 7,31 km.

La diferencia con un campo de mucha menor superficie, como el del tenis (23,77m x 8,23m), lógicamente hace que se note la menor distancia recorrida. Aunque la exigencia del deporte blanco es considerable para lo que puede pensarse de antemano.

Lógicamente, al no tener una duración estipulada de antemano, las cifras pueden ser muy variables entre sí. Según las estadísticas de IBM, socio del torneo, en la primera ronda de Wimbledon 2019 Philipp Kohlschreiber corrió 2,39 kilómetros en los tres sets que jugó antes de perder contra Novak Djokovic.

En el Abierto de Australia 2016, en tanto, el francés Gilles Simon también enfrentó al serbio pero lo llevó a cinco sets y terminó corriendo 5,37 km.

¿Qué pasó con el partido más largo de la historia, entre Nicolas Mahut y John Isner en Wimbledon 2010? Durante las 11 horas y 5 minutos que duró el encuentro ambos corrieron algo más de 9 kilómetros y medio. No es la norma, claro está.

Y si alguien es un batallador incansable de los courts, ese es Rafael Nadal. El reciente campeón de Roland Garros, de acuerdo a un informe de Infosys ATP con datos recolectados entre 2018 y 2020, corre “apenas” unos 2 kilómetros por partido cuando se juega a tres sets.

Para las mujeres los desplazamientos son significativamente menores, algo entendible no sólo por una cuestión de exigencia física sino porque además siempre juegan al mejor de tres sets. En el Wimbledon 2019 mencionado líneas arriba, Coco Gauff venció a Venus Williams en dos sets con desplazamientos equivalentes a 1,35 kilómetros.

¿Qué sucede en el básquet, con unas dimensiones (29x15m) más parecidas a las del tenis pero desplazamientos continuos ida y vuelta motivados por un reloj que obliga a tirar antes de los 24 segundos?

Según las cifras oficiales de la NBA que acaba de terminar, en la última fase regular, C.J. McCollum, perimetral de Portland, fue el líder en promedio de kilómetros recorridos con 4,47 por juego.

En los playoffs, donde aumenta la exigencia, el número sube: en este caso fue Jamal Murray (Denver Nuggets) el líder, con 4,81km. En las finales, Jimmy Butler (Miami Heat) incluso lo superó: 4,82 km. de promedio en seis partidos.

Siguiendo en Estados Unidos, un informe del Wall Street Journal indica que en el fútbol americano de la NFL los jugadores pasan realmente “en acción” durante apenas 11 minutos de un partido.

Las formaciones fijas, el juego que se detiene cada vez que la pelota toca el piso o el jugador que la posee es derribado, y que los equipos juegan con determinados integrantes cuando atacan y con otros cuando defienden provocan que el kilometraje recorrido sea sorprendentemente bajo: unos 2 km. y siempre hablando de alas abiertos (wide receiver), la posición que más corre la cancha.

El rugby, en definitiva, es el más cercano al fútbol. De acuerdo al Journal of Strenght and Conditioning Research (la revista de Investigación de Fuerza y Acondicionamiento), los backs, encargados de hacer circular la pelota y llevarla a campo abierto, cubren una distancia promedio de 7 a 7,5 kilómetros.

Por su parte los forwards, quienes juegan en las formaciones fijas y son las fuerzas de choque, promedian entre 5 y 7 km.

De qué manera corren los deportistas

Las distancias que recorren en promedio un futbolista, un basquetbolista, un rugbier o un tenista no son el único parámetro que sirve para cuantificar y calificar el esfuerzo que realizan en cada partido. Hay que tener en cuenta también la intensidad, la velocidad y el tipo de movimiento que realizan, que varía de un deporte a otro.

Según le explicó a Clarín Alberto Osete, ex preparador físico del equipo argentino de Copa Davis, hay dos tipos de movimientos. El cíclico, regular y siempre igual es el que realizan por ejemplo los atletas. Los velocistas y los corredores de larga distancia van siempre para adelante, con diferentes intensidades, pero sin variar el ritmo.  

El otro tipo de movimiento es el acíclico. “Un tenista, por ejemplo, se mueve con arranques, cambios de dirección, velocidades cortas y taloneos de costados, es decir desplazamientos de ajuste para pegarle a la pelota. Entonces la característica del desplazamiento es diferente a la de un corredor. Es acíclico, no es regular”, analizó Osete.

“El básquetbol es también acíclico. Por la misma dinámica de un partido y por las distancias, los jugadores se mueven en diferentes direcciones, van y vienen, muchas veces están con taloneos cortos y de golpe tienen que reaccionar. En cambio, el fútbol y el rugby son deportes en los que intervienen los dos tipos de movimientos. Hay momentos en los que el jugador tiene que correr derecho para adelante (cíclico) y de repente debe hacer un cambio de dirección o un cambio de pasos (acíclico). Entonces necesitan mucho de los dos aspectos”, comentó quien formó parte del equipo de la Davis que ganó el histórico título en 2016.

El esfuerzo físico que se hace en un movimiento acíclico no es necesariamente mayor al que exige un cíclico. Simplemente es diferente. Y tampoco está directamente relacionado a la distancia recorrida. 

“Imaginate el esfuerzo que hace un atleta que corre 100 metros, es altísimo, a máxima velocidad. Sin embargo la distancia es muy corta. El que hace un tenista por estar corriendo “cortito” tanto tiempo es muy grande, de mucho desgaste energético y de mucha fuerza rápida. Son esfuerzos cortos de alta intensidad. Un futbolista también hace un esfuerzo muy grande, pero con otro tipo de movimiento“, explicó Osete.

Y continuó: “Además, el tiempo del juego de un deporte y otro es diferente, la superficie en la que se mueven también y hasta los tiempos de recuperación. Por eso, no se puede comparar un deporte con otro solo en función de la distancia recorrida en promedio. También hay que tener en cuenta la intensidad, la velocidad y el tipo de movimiento que se hace”.

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